Semana 3: The one when I missed class
Nota: yo soy Ross, que se cayó al hueco.
Un par de horas antes de la clase estaba corriendo por todo el edificio K, buscando a mi equipo, consiguiendo audífonos y grabando stories para el tan ocupado día del periodista.
El miércoles 7 de febrero me estaba enloqueciendo de a poco en poco. Justo como ahora, que no tengo ni idea sobre qué escribir, porque, spoiler alert: ¡no fui a clase! Y pareciera que lo dije con emoción, pero en realidad hay desesperación en mi imaginario tono de voz. Persona que esté leyendo esto en voz alta, espero lo hayas añadido.
Empezaré por el inicio, porque por la clase, no puedo. Sin embargo, profe, no te preocupes, porque me adelanté. Entonces, aquí traigo: mi día clasificado en variables de estadística + los posibles hashtags si fuera parte de un reality show.
Primeras variables: temprano, a tiempo, tarde, y muy tarde.
Ese día, mi novio cumplía años, y como la señorita aquí presente se quería hacer la romántica, decidió hacer un pie, por primera vez, y en casa ajena. Por eso, cuando era hora de salir del apartamento con el horno prestado, iba con mil y un cosas. ¿El problema? Eran las 8:20, tenía que estar en el K en diez minutos, y antes dejar todas mis cosas en mi casa.
#NoConfíenEnLaInmediatezDeUnUber
Llegué tarde, naturalmente. ¿Lo curioso? En realidad, íbamos muy temprano, porque solo teníamos que entrevistar y grabar hasta después de la charla, que acabó a las 11. Excelente, ¿no?
Segunda variable: Rojo
Cobos, watch me, voy a implementar por primera vez al sabio filósofo José Carlos Ruiz.
Cuando nos presentan un concepto nuevo como lo es el “pensamiento elegante”, no podemos evitar pensar en tal vez mantener un vocabulario refinado y constantes buenos modales. Sin embargo, realmente, significa más una forma de comportarse, de solucionar problemas, de hablar, de relacionarse con los demás o de hacer política. Si yo tuviera que entrelazarlo con algún suceso de ese día, sería con la señora que nunca llegó a la entrevista, por ende, haciéndome faltar a Investigación Social por nada. La puntualidad y el compromiso también hacen parte de qué tan elegante te presentas ante otros.
#AprendamosAComprometernos
Mi preocupación constante por responder frente a esos dos eventos que ya había confirmado, con mi palabra y mi nombre, de hacerme cargo, considero que refleja una parte positiva de mí. Tal vez todos vamos desarrollando este pensamiento elegante a diferentes pasos, con diferentes medios.
Por último, antes de proceder con la tercera y última variable de mi largo día en la universidad, justamente ese miércoles, la explicación de la variable. Voy a pausar un momento y preguntar en voz alta, por qué creen que el rojo.
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No sé si alguien atinó, pero si sí, bien por ti. El rojo, creo, representa no solo la desesperación y enojo de una larga espera por nada, sino el regaño propio que me eché por haber faltado a la clase. Así mismo, es esa luz roja que se enciende cuando, después de confiarte por haber hecho un par de cosas bien, te afanas porque quedan muchas más, todas al borde de chocarse entre sí, como un juego de canicas. Pero, lean esta cita conmigo, y reflexionen, por un momento, el aceptar que todos hacemos lo mejor que podemos, y solo por eso, merecemos el mejor de los aplausos.
“La principal necesidad de reconocimiento tiene que venir de nosotros, saber que haces las cosas lo mejor que puedes, que tratas de mejorar como persona cada momento que pasa, que ejerces el pensamiento crítico sobre tu persona.”
― José Carlos Ruiz, El arte de pensar
Tercera variable (ahora cuantitativa): tres
Derrotada, corrí a mi tercer compromiso del día: ensayo particular con el profe de banda. No podía ir el viernes, porque la tierna y amable abuela de mi novio me había invitado a almorzar la sabrosa gallina que ella hace, pero iba a reponer ahora. ¡Sorpresa, sorpresa! La banda no estaba.
No importa, ese día no me estaba dejando de nadie. Practiqué mis canciones, mis coros y me dejé la tarea de no olvidar mis voces, como usualmente hago.
(Chicos, invitados todos a Open Campus, por favor vayan a escucharnos a las bandas de Bienestar el viernes, que valgan la pena los ensayos).
Penúltimo compromiso del día: asistir a la charla de Fidel Cano. Esos invitados, Fidel, María Jimena Duzán y Ricardo Corredor, son la verdadera definición de pensamiento elegante. Una larga charla sobre la polarización en Colombia, qué están haciendo los medios para evitarlo y mi pregunta al final que no supieron responder (yay me). Decía así: ¿cuál es el límite o la diferencia entre promover la polarización y hacer parte de ella? Fidel dijo que realmente podía ser lo mismo, María Jimena ya había colgado (estaba por teams) y Ricardo simplemente no respondió. ¿Mi opinión? Que la connotación es importante a la hora de comunicar un mensaje, sobre todo por parte de los medios. Si se siente un tono a confundir e infundir opiniones divididas, sabes que lo está promoviendo. Y si suena a desinformación o falta de, es entonces parte de la polarización. Cobos, compañeros, ¿ustedes qué opinan?
#ComSabanaResponde
Por último, finalmente, el compromiso final: vender la idea de nuestro videojuego al profesor de Producción de interactivos. El anti fifas 5000. No entraré mucho en detalles, solo sé que dos de mis compañeros se disfrazaron de balones de fútbol, y al parecer fue medio un éxito.
¿Por qué tres como la variable? Porque eran los compromisos pendientes post Investigación Social. Ya sé, no muy creativo por el rojo, pero otórguenme crédito por los hashtags, por favor.
En fin, Cobos, tus bitácoras a veces sacan lo peor, lo mejor, lo más angustiante, creativo y otros adjetivos, de mí. Gracias por eso, a veces las crisis son necesarias. Pero esta vez estadística sacó lo mejor de mí. Ah, y el filósofo pro expandir tu mente.
Could this be more improvised?
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